El proyecto tiene como principal objetivo establecer una consultoría fija para asesorar, de forma gratuita y personalizada, sobre diferentes aspectos relacionados con los cuidados, el diseño y el mantenimiento de los bonsáis.
¿Donde? En la UPM, E.U.I.T. Agrícola los invernaderos junto al edificio C.
¿Cuando? Ponerse en contacto antes de visitarnos vía mail; hospital_saburo_kato@hotmail.com
La iniciativa toma su nombre en honor a uno de los maestros japoneses más relevantes fallecido a principios del año 2008, y con él pretendemos acercar, a alumnos, profesores y a todo quien lo desee, este maravilloso mundo, y expandir esta vasta cultura y todo lo que a ella ligada se encuentre. En resumen, un paso más, que de resultar exitoso persigue la creación de la primera asociación de este tipo en la Universidad.

viernes, 23 de enero de 2009

Shimpaku cap 4.- El famoso recolector Tahei Suzuki.

Pues vamos con el cuarto capítulo, la verdad es que yo también me entretengo al leerlo otra vez, espero que os guste.
Shimpaku cap 4.- El famoso recolector Tahei Suzuki.
Este hombre afortunado nació en 1865 en vísperas de la Restauración Meiji, en Doi de la provincia de Ehime (hoy en día Doi-cho de la prefectura de Ehime).


Tahei Suzuki

Doi se encuentra en la ruta de paso entre Kawaone y Niihama y ha sido ciudad de repostaje desde la era Edo (1603-1868). Aunque se puede decir que está justo enfrente del mar de las islas Seton, hay algunas montañas bajas que impiden la vista del mar desde allí. Como no hay llanuras en esa zona, no era posible el cultivo del arroz por lo que la comida base era el ñame (batata). Además de este tubérculo las montañas les proporcionaban plantas silvestres comestibles, setas y leña. A partir de la última etapa del periodo Edo cuando el bonsái llegó a ser popular en Kyoto, Osaka y Kobe, como un medio secundario para ganar dinero, la gente empezó a recolectar material para prebonsais y se recogieron con éxito especimenes jóvenes de pino rojo japonés (Akamatsu) y pino blanco japonés (Goyomatsu) en las montañas cercanas como el monte Kumataka, el Akagi y la cordillera Akashi que trajeron a los recolectores cómodos ingresos económicos.
En la parte oeste de la ciudad de Doi, hubo una comunidad llamada Sekigawa donde había un montón de familias apellidadas Suzuki. Durante la era Meiji hubo muchos distribuidores de bonsai entre los Suzuki que bajaron semillas de Akamatsu y Goyomatsu de las montañas para hacer bonsai y se las vendieron a los comerciantes de Takamatsu o a otros aficionados al bonsai.
Durante la primera década del siglo XX, Tahei Suzuki deambuló por todo Japón buscando Shimpaku.
Al volver en barco desde la isla de Hokkaido se fijó en el monte Kurohime al norte de los Alpes Japoneses y decidió buscar allí. Este monte está formado por piedra caliza y pudo encontrar allí una gran abundancia de Shimpakus. Esta historia se ha venido contando repetitivamente a lo largo de los años. Partiendo del Kurohime fue por la llanura Aikomi a la laguna Hiyodori y caminó por la cresta de la sierra hasta la cumbre del monte Myouji y quedó atónito al ver lo que tenía debajo. Era una enorme colonia de Shimpakus rodeando el monte Kurohime. Vio innumerables Shimpakus juntos en la pared de la montaña, mostrando sus inmaculados y blancos sharis.


Primer Shimpaku recolectado por Tahei

Todos los shimpakus de esta área se llamaban Itoigawa, en referencia a la ciudad de Itoigawa (en lo que hoy es la Prefectura de Niigata en la costa oeste de Honshu), donde los bonsáis eran comprados y vendidos.
Si miras el monte Kurohime desde el lado del río Himekawa parece una mujer con una túnica holgada. Se le puso Kurohime (que significa princesa negra) en honor de la princesa Nunakawa que fue muy conocida por su inteligencia y belleza. En la cumbre del monte hay un pequeño santuario de piedra dedicado a la princesa y con motivo del festival anual del 24 de abril, muchas personas suben a visitarlo. A los pies de la ladera oriental de la montaña hay una gran caverna de piedra caliza llamada Fukugakuchi (que significa donde se encuentra la buena fortuna).

Monte Kurohime de Shimizukura donde vivió Tahei

Parece que Tahei descubrió efectivamente la buena fortuna de la princesa negra ya que más allá de sus sueños más optimistas había encontrado tal cantidad de Shimpakus Itoigawa que nunca podría recolectarlos todos.
Tahei tenía tal pasión por los shimpaku que frecuentemente tenía roces con otras personas que acabaron llamándole “el excéntrico Tahei”. Se dice que se apegó a las rocas tanto tiempo que cuando fue recogido tenía distorsionados brazos y piernas y no podía hacer cosas normales como comer o dormir.

Montes Kurohime y Myouji ambos compuestos de piedra caliza

Los montes Myouji y Kurohime que están unidos por la cumbre están hechos de piedra caliza y tienen una vegetación muy similar. Ambos también tienen los mejores valles de jade en su seno. El monte Myouji asciende poco más de 1000 metros sobre el nivel del mar al igual que el Kurohime e impresiona menos que otras cumbres del norte de la cordillera de los Alpes Japoneses. El monte Myouji no es difícil de escalar si se conoce el camino adecuado. En la bajada, si se toma uno de los senderos se puede disfrutar de escuchar el crujido de las hojas secas bajo los zapatos.
Pero el Myouji no es un monte cualquiera. En su cara sureste hay una pared que parece como si la hubieran cortado con un cuchillo. Está casi siempre cubierta de nubes por lo que siempre está o nevando o lloviendo. Este muro natural se puede ver muy bien desde la ruta que lleva a la laguna Takanami-no-ike de Otaki. Desde este punto, los escaladores que se aferran a sus paredes parecen hormigas.
Escaladores de fama mundial como Tsuneo Hasegawa (1947-1991) se entrenaban en este cortado del monte Myouji e hicieron famosa la ruta sureste.
Sin embargo, hay que decir que los primeros valientes en ascender este muro no eran montañeros experimentados como Tsuneo Hasegawa, sino que fueron nuestros cazadores de shimpakus. Incluso hoy en día los escaladores que realizan esta ruta y que tienen actualizados sus diarios en páginas de Internet mencionan la palabra Shimpaku. También dicen que encuentran restos de escalada como cuerdas usadas y clavijas incrustadas en los muros de piedra caliza dejadas por nuestros recolectores de Shimpaku. Expertos escaladores han expresado su asombro cuando a veces han encontrado restos de estas escaladas en los que consideran lugares prácticamente inaccesibles con una inclinación superior a los 90º.
La mentalidad de un recolector de shimpakus es diferente a la de un montañero. Ambos deben ir equipados con lo mínimo imprescindible pero el recolector debe también ser capaz de llevar un shimpaku a la espalda una vez recolectado. Además el recolector debe estar centrado en el negocio de la recolección mientras que el alpinista lo hace solo por la aventura. Pero las cosas no son siempre tan simples. Los recolectores arriesgan sus vidas y no puede ser solo con fines crematísticos (económicos).
En el próximo capítulo hablaremos del tándem formado por Tahei Suzuki y su hermano Fukuji.

Saludos

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