El proyecto tiene como principal objetivo establecer una consultoría fija para asesorar, de forma gratuita y personalizada, sobre diferentes aspectos relacionados con los cuidados, el diseño y el mantenimiento de los bonsáis.
¿Donde? En la UPM, E.U.I.T. Agrícola los invernaderos junto al edificio C.
¿Cuando? Ponerse en contacto antes de visitarnos vía mail; hospital_saburo_kato@hotmail.com
La iniciativa toma su nombre en honor a uno de los maestros japoneses más relevantes fallecido a principios del año 2008, y con él pretendemos acercar, a alumnos, profesores y a todo quien lo desee, este maravilloso mundo, y expandir esta vasta cultura y todo lo que a ella ligada se encuentre. En resumen, un paso más, que de resultar exitoso persigue la creación de la primera asociación de este tipo en la Universidad.

jueves, 9 de abril de 2009

Shimpaku cap 8. El suministro disminuye, los peligros aumentan.

Reanudando un poco toda la actividad del blog os subo el octavo capítulo de la historia, y aprovecho para comunicaros que nos están surgiendo problemas en el correo electrónico, ya lo he puesto en conociemiento de quien debería arreglarlo. Si alguno ha mandado un mail y no ha obtenido respuesta, por favor que nos envíe uno nuevo. Disfrutar la historia.

Tras el final de la 2ª Guerra Mundial, alrededor de 1949, se vuelve a reanudar la recolección de shimpakus en la montaña. Aunque no había garantías de que se mantuviera el alto precio de los shimpaku de antes de la guerra, todavía quedaban grandes especimenes por recolectarse. Sin embargo ya se había regulado de alguna manera la recolección en el monte Myouji: había que hacer un contrato oficial con la oficina pública del pueblo y estaba limitado desde el deshielo en primavera hasta el festival de Myouji. Esta limitación no era por el bien de los árboles sino por evitar accidentes personales por las avalanchas, deslizamientos en la nieve o hielo, etc. Por todo ello, solo unas pocas personas se siguieron dedicando a la recolección.

En torno a 1955, el número de shimpakus recolectados se había reducido a solo unos pocos. Los que anteriormente se habían dejado por ser de peor calidad son los que empezaron a recogerse entonces. Pero el Shimpaku resurgió en todo su esplendor al volver a su punto álgido el mundo del bonsai en general. En 1975 ya hubo más de 10 recolectores en la montaña y en 1979, los recolectores se organizaron formando la Unión de Recolectores Itoigawa. Dicha organización pagaba una cuota por el permiso de trabajar en las montañas de Kotaki y de la Unión Forestal y los miembros podían recolectar entre el 12 de Abril y el 15 de Junio.

El líder de la unión de recolectores fue Tetsuya Nakamura que ya empezó a hablar de la seguridad como una de las prioridades a tener en cuenta. Cuando la revista Kindai Bonsai (sabéis que es la revista “madre” de la nuestra Bonsai Actual) reunía información para publicar un artículo sobre el Shimpaku Itoigawa en el número de Noviembre de 1985, Nakamura indicó que ponía todo su cuidado en que ningún recolector de su organización resultase herido. Según Hajime Umesawa (del vivero Himekawa-en) que era amigo de Nakamura, “fue una persona sensata y prudente. Hacía cualquier cosa para garantizar la seguridad. Como resultado, solo se produjeron unos pocos accidentes, consiguiendo la confianza de los demás recolectores.

Foto de la izquierda: a la izquierda, Shinichi Nakamura y a la derecha Tetsuya Nakamura. Foto de la derecha: Tetsuya Nakamura en pleno ascenso

Otro recolector en activo por aquella época era Shinichi Nakamura. Como recordaba Umesawa “El era el tipo de persona que podía andar donde otros tenían que ir a cuatro patas. Como era mucho mas viejo que Tetsuya, yo le aconsejaba cada vez que lo veía que se retirara, pero siempre me contestaba ´¡que tontería! Yo sería el hombre mas afortunado si pudiera morir en la montaña. Ya he decidido que quiero morir en ella”. Era como si estuviera poseído por algo (¿el espíritu de la montaña?) Aunque los dos, Shinichi y Tetsuya se llamaban igual no tenían ningún tipo de relación familiar. Juntos, realizando un espléndido trabajo en equipo fueron los que recolectaron a “Hiryu” la última obra maestra del Myouji y de la que hablaremos en el próximo capítulo.

Aunque los recolectores de montaña llevaban un equipamiento mínimo, el casco era fundamental. Esto era debido en parte al aumento de escaladores que se atrevían a recolectar en el Myouji lo que hacía aumentar las probabilidades de que te cayera una piedra en la cabeza, produciendo graves daños.

Sin contar a Hiryu, la mayoría de los shimpakus recuperados en aquella época eran de troncos medianos o pequeños. Así podían acarrear con la mochila a la espalda dos o tres árboles a la vez. Si se trataba de un buen espécimen utilizaban para bajarlo el Shoiko que era un armazón de madera también para colocar en la espalda.

Los árboles recogidos eran llevados a la subasta el mismo día de la recolección. Como el cepellón se ataba con hierbas, no era posible saber a simple vista el estado de las raíces por lo que debió haber un acuerdo tácito entre los ofertantes de no preguntar sobre este tema. Los precios variaban pero los ingresos generados para los recolectores en tan solo tres meses de recogida no eran suficientes para subsistir lo que les obligaba a buscarse otros empleos. En definitiva, este tipo de trabajo con los riesgos que implicaba en relación con las ganancias alcanzadas no parece que convenciera a muchos.

Incluso Tetsuya Nakamura hizo un intento de retirarse en 1983. Justo cuatro años más tarde, en la primavera de 1987, encontró la muerte en el monte Myouji. El 4 de Mayo de ese año, había rezado como en él era habitual en el pequeño santuario que tenía en casa y se fue a la montaña con el Eisen (artilugio con garras para poner en las botas y no escurrirse en el hielo, similar a nuestros actuales crampones). Todavía había nieve en las zonas bajas de las rocas. “Cambió a un nuevo Eisen al que no estaba acostumbrado y creo que esa fue la razón por la que ocurrió el accidente”, dijo Umesawa.


Pared sureste del monte Myouji

Solo cuatro semanas más tarde, el 4 de Junio de 1987, Yamanakajima de Kaitani, también recolector de montaña, murió en otro accidente. “Fue un año terrible” recordó Umesawa. Y en 1998, el último de los recolectores de montaña, Shinichi Nakamura, también falleció en las montañas. Umesawa simplemente comentó:”ese era su destino”. La oficina de policía de Itoigawa declaró que hasta que no se demostrara lo contrario, considerarían la muerte de Shinichi como suicidio…

Hace solo una década todavía se conocieron casos de recuperación ilegal pero eso se terminó. Hoy en día solo existen los robos de bonsai.

Con la muerte de Shinichi y la desaparición de los Shimpaku se puede decir que terminó la historia de la recolección en montaña.

Se estima que unas 30 personas murieron recolectando shimpakus pero no se incluyen aquellos que entrando de incógnito, también pudieron perder la vida. De alguna manera los shimpakus que fueron recolectados rinden homenaje viviente a todos los recolectores que se fueron para siempre…

En el próximo capítulo se hablará de los últimos grandes ejemplares del monte Myouji y en particular de Hiryu.

Saludos

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