El proyecto tiene como principal objetivo establecer una consultoría fija para asesorar, de forma gratuita y personalizada, sobre diferentes aspectos relacionados con los cuidados, el diseño y el mantenimiento de los bonsáis.
¿Donde? En la UPM, E.U.I.T. Agrícola los invernaderos junto al edificio C.
¿Cuando? Ponerse en contacto antes de visitarnos vía mail; hospital_saburo_kato@hotmail.com
La iniciativa toma su nombre en honor a uno de los maestros japoneses más relevantes fallecido a principios del año 2008, y con él pretendemos acercar, a alumnos, profesores y a todo quien lo desee, este maravilloso mundo, y expandir esta vasta cultura y todo lo que a ella ligada se encuentre. En resumen, un paso más, que de resultar exitoso persigue la creación de la primera asociación de este tipo en la Universidad.

viernes, 24 de abril de 2009

Ahorro en tiempos de crisis


Una nueva entradita,
Me imagino que como yo muchos aficionados al meterse de lleno en el mundo del bonsai se percató de lo caro que puede llegar a resultar este mundillo; sustratos, abonos, herramientas... En muchos casos no se debe ni se puede escatimar en algunos productos (los más basícos), pero en otros se puede buscar uno un poco otros caminos para llegar a un mismo sitio, en este caso las regaderas, existen regaderas que son puras obras de arte, me refiero a esas preciosas de brazo largo de metal, que cuando uno llega el precio, las deja muy muy despacito en su sitio. La calidad es algo que siempre se paga y estas regaderas son autenticas punteras en cuanto a calidad atañe, pero existen alternativas, ya se han mostrado por muchos foros muchas de ellas, desde agujerear el tapón de una botella hasta auténticas virguerias.

La opción que os muestro puede conllevar un poco más de dinero pero sin duda, para mi, es de las mejores soluciones que he meditado, se basa en una regadera de la marca Hawks, precio aprox de 15 y una lanza de riego japonesa que le compré hace ya un tiempo a centro bonsai tenerife (un saludo Jose), y es de lo más simple, encajas, un poco de teflón y tachán!!!



Precio aprox, 35euros, que hasta los 100 y muchos que cuesta una regadera de metal, te ahorras un buen pellizco obteniendo una muy buena regadera y pasable estéticamente.
Un saludo a tod@s

viernes, 17 de abril de 2009

Árboles enfermos

Hola A tod@s,
Esta vez os escribo para hechar un poco la bronca a los más novatos, se que es tentador intentar salvar nosotros mismos a nuestros arbolitos, pero lo mejor es recurrir de manera inmediata a alguien que pueda brindaros ayuda. Esto viene a raíz de que algunos de los que no visitan traen los árboles completamente muertos ó en el límite de su final, muchos de estos se podrían salvar cogiendolos a tiempo. Os dejo algunas fotos de los últimos que me habeis ido trayendo, para ejemplificar lo que os he comentado, por favor, tenerlo en cuenta; se pueden recuperar árboles débiles ó enfermos, no muertos.
Un ficus impresionante, e impresionantemente muerto, la culpa en este caso no fué de su propietaro pues se limitaba a cuidarlo en lugar en el que estaba su oficina, pero fué demasiado tarde para el.
Y con el móvil de referencia

Pero no solo grandes los hay también pequeños y de diversas especies


Un saludo a tod@s y tomaroslo en serio de verdad.

miércoles, 15 de abril de 2009

Shimpaku cap 10. y Shimpaku cap 11.

Pues con esta doble entrega, se termina ya este extenso artículo, así que solo me queda decir que lo disfruteís y que espero que os guste tanto como a mí.

Shimpaku cap 10. Sennichirou Ikehara, el protector de shimpakus.

Hoy en día ya no hay manera de encontrar, como se ha dicho, Shimpakus creciendo líbremente en las montañas. Como me extrañaba este hecho al haber lugares donde los había en abundancia, quise visitarlos por si acaso podía encontrar alguno. Sin embargo, fué inútil, realmente no queda ni un solo shimpaku en las montañas.

Pero ¿qué ha pasado con todos los Shimpakus Itoigawa que fueron recolectados en el pasado? Cuando casi había renunciado a saber nunca la respuesta, Michio Kataoka (del vivero Kataoka) me dió una valiosa información. “Hay un devoto de los bonsais –Sennichirou Ikehara- que nunca ha vendido lo que ha recolectado” me dijo. “Si quieres contemplar shimpakus Itoigawa recolectados en la montaña ¿por qué no vas a verle?

Encontré a S. Ikehara muy bien físicamente y con una voz llena de vida. Sin perder tiempo me llevó donde tenía sus bonsais. Quedé asombrado. Quizás sus shimpakus sean conocidos localmente pero en ningún caso fuera de allí y desde luego había muchos de primera calidad. Las maderas de los troncos estaban pulidas después de muchos años en las montañas y con unos maravillosos sharis que solo poseen los auténticos.

Ikehara tiene 77 años, con 40 de experiencia en bonsai y una mente de acero. El mismo se encarga de todo con gran habilidad, los trasplanta, alambra, poda … Es una persona honesta y nada arrogante pero muy difícil de convencer, rasgo que le caracteriza.

“Como ve, no hay nada que merezca la pena” me dice Ikehara pero por supuesto no hay nada más lejos de la realidad. Me comentaron que el mismo Kennichi Oguchi había sugerido en una ocasión que Ikehara debería abrir un museo de Shimpakus para mostrar sus tesoros, pero cuando le pregunté si iba a seguir la sugerencia de Oguchi se rascó la cabeza y me dijo: “No tengo los medios económicos para hacerlo” y añadió “No, nunca los venderé”. Esta es la razón por lo que localmente todavía existen los shimpakus recolectados de la montaña.


Shimpaku cap 11. Los viveros de bonsai que se pueden visitar.

Para documentarme y conseguir la información para escribir este artículo, ver, escuchar y aprender sobre los auténticos shimpakus contacté con las personas responsables de los viveros donde se conservan los Shimpakus Itoigawa recolectados en las montañas:

HIMEKAWA EN


3036 Ohaza Suzawa Oumi-cho,
Nishikubiki-gun (en la ribera del Himekawa)

Propietario: Hajime Umesawa, una persona modesta y honesta. Totalmente comprometido con la recolección de shimpakus de montaña. En su vivero está el acodo de Hiryu.

El vivero se encuentra en la costa cerca del monte Kurohime. Aquí se pueden ver muchos shimpakus del monte Myouji que van desde tamaños grandes a medianos y pequeños. Umesawa piensa que hoy en día los bonsai de shimpaku están muy elaborados y en su trabajo, se empeña en que los árboles no pierdan ese carácter natural que tienen en las montañas. También pueden contemplarse muchos suisekis encontrados en el río Himekawa.

KATAOKA EN


421-Ohaza Ohno
Ciudad de Itoigawa

Propietario: Michio Kataoka. Muy activo y amable. Fué el que me presentó a Ikahara. También me cedió muchas de sus antiguas fotos y documentos para el artículo.

Está situado en la autopista nº 148 desde el rio Itoigawa en dirección a Ohmachi. Además de los shimpaku de montaña tienen distintos trabajos de material injertado. Y se puede aprender mucho sobre como conseguir un buen follaje. Han estado trabajando con Shimpakus durante muchos años y por tanto se pueden sacar de ellos grandes enseñanzas y experiencias.

SHOUFUU EN

343 Ozaz Nekoya, Itoigawa
Propietario: Shigeki Ohta. Un hombre afectuoso y sincero que sabe mucho de la historia de los shimpakus. Está tratando de fomentar la difusión del Jyouestu Goyo (Himekomatsu: pino blanco japonés) así como del Shimpaku. Desde su vivero se puede ver a distancia entre otros el monte Kaitani.


El vivero está situado un poco al este desde “Nechi” por la autopista 148. Ya es la tercera generación que lo regenta y su familia ya tenía una tienda en Ogikubo en Tokyo antes de la 2ª Guerra Mundial. Se puede decir que este vivero ha tenido una profunda relación con la historia de los Shimpaku Itoigawa. Tienen colgada en la pared una imagen de “Tsuro no mai” (baile de la grulla) pintado por Gyofuu Souma. En este vivero también se resisten a modificar los shimpakus queriendo mantener esas características de los árboles de montaña. Son los dueños de las famosas piedras del rio Himekawa. Como está muy cerca del Kaitani, se pueden oir muchas anécdotas y leyendas sobre la historia local.

Bueno, este es todo el artículo. Espero que os haya gustado.

Saludos

domingo, 12 de abril de 2009

Primavera


Es un hecho mas que claro que el campo y la montaña me tiran con unas fuerzas enormes y últimamente la montaña pues recientemente he descubierto una gran afición que engancha de manera salvaje, la escalada, pero dejando de lado un poco este tema (ya volveré a él) quería mostraros algunas fotos que hice a principios de semana y que viendolas no hago sino asumir que tengo mucha cámara para tan novato fotógrafo. De todas formas ahí van, el campo está por estas fechas desbordante de vida y merece la pena parar y observarlo.





jueves, 9 de abril de 2009

Shimpaku cap 9. Los últimos mejores Shimpakus del Monte Myouji. Hiryu “la obra maestra”.

Como no sé hasta cuando durará la conexión, porque ya no me fio de nada de lo que me cuentan, aprovecho hoy para regalaros una doble entrada con este segundo capítulo de la historia que subo, el capítulo número 9.


Era llamado “Árbol de Dios” por los recolectores de shimpakus de montaña incluso cuando todavía vivía en las paredes rocosas del Myouji. Llamado Hiryu (Dragón Volante), mide en su base 60 cm. y tiene un tronco moldeado por la ruda naturaleza que le da un aspecto misterioso mas allá de lo artísticamente humano. Comparado con otros Itoigawas recolectados del Myouji, la imponente majestuosidad de Hiryu demuestra que es realmente una obra maestra.

Era 1983 cuando Hiryu fue bajado de la montaña. Tetsuya Nakamura, el líder de la unión de recolectores de shimpakus tuvo un papel protagonista en su recolección. Con varias personas, trató de sacar al árbol del acantilado pero por su gran tamaño y peso no fueron capaces incluso después de un esfuerzo extremo. A pesar de que hacerlo parecía casi imposible, finalmente urdieron un estratégico plan y con firme voluntad (echándole un par como decimos nosotros), consiguieron por fin su objetivo.

Hiryu

Considerando que en estos años 80, ya habían desaparecido todos los shimpakus que crecían libremente en la montaña, fue un milagro que un espécimen fuera de serie como Hiryu estuviera todavía allí. Quizás los que lo vieron pensaron que era demasiado grande para ser bonsai. Hay que reconocer que hubo sus mas y sus menos al decidir si al final Hiryu se sacaba o no. El nombre de Hiryu o Dragón Volante parece que se le dio por su rugoso y sinuoso tronco, detalles ambos extrañamente particulares.

Tras el exitoso trasplante hecho por Naoji Itoh de Kotaki, el árbol está siendo cultivado y podado por Shoshin Nakagame de la prefectura de Shinzuoka. Esperaremos con impaciencia su entrada triunfal en el mundo del bonsai.

El hermano de Hiryu
Resulta que Hiryu fue acodado en la parte superior y de ahí salió su hermano que crece actualmente en una caja de madera en el vivero Himekawa-en de Oumi. Este vivero centró su atención en los Shimpakus Itoigawa recuperados y mantienen muchos de ellos.

El hermano de Hiryu

A pesar de que no ser tan bueno como Hiryu en cuanto al nivel artístico y de shari, es de destacar la imponente majestuosidad de su tronco. Parece que a los propietarios les está costando definir el frente ya que tanto el frente original como la parte posterior tienen bastante potencial aunque me han dicho que su intención es mostrar el frente donde se ve salir la raíz con fuerza. También me han dicho que están pensando mantener el frente como está pero inclinando el tronco un poco a la derecha y hacia adelante. Igualmente, van a cortar la parte superior para convertirla en tres o más jines para darle un aspecto como de llamas de fuego. Este árbol tiene un gran potencial para convertirse en el “último de los grandes Shimpakus Itoigawa”.

Podemos decir que Hiryu y su hermano, son los distintivos que ponen el telón a 100 años de historia de recolección de Shimpakus Itoigawa en la montaña que había empezado en los primeros años del siglo XX. Para poderlos considerar como bonsais a ambos les queda un largo camino que recorrer pero a pesar de ello, se pueden considerar como el símbolo de toda una época.

Saludos

En el próximo capítulo hablaremos de Sennichirou Ikehara y descubriremos que no todos los recolectores lo hacían por dinero.

Shimpaku cap 8. El suministro disminuye, los peligros aumentan.

Reanudando un poco toda la actividad del blog os subo el octavo capítulo de la historia, y aprovecho para comunicaros que nos están surgiendo problemas en el correo electrónico, ya lo he puesto en conociemiento de quien debería arreglarlo. Si alguno ha mandado un mail y no ha obtenido respuesta, por favor que nos envíe uno nuevo. Disfrutar la historia.

Tras el final de la 2ª Guerra Mundial, alrededor de 1949, se vuelve a reanudar la recolección de shimpakus en la montaña. Aunque no había garantías de que se mantuviera el alto precio de los shimpaku de antes de la guerra, todavía quedaban grandes especimenes por recolectarse. Sin embargo ya se había regulado de alguna manera la recolección en el monte Myouji: había que hacer un contrato oficial con la oficina pública del pueblo y estaba limitado desde el deshielo en primavera hasta el festival de Myouji. Esta limitación no era por el bien de los árboles sino por evitar accidentes personales por las avalanchas, deslizamientos en la nieve o hielo, etc. Por todo ello, solo unas pocas personas se siguieron dedicando a la recolección.

En torno a 1955, el número de shimpakus recolectados se había reducido a solo unos pocos. Los que anteriormente se habían dejado por ser de peor calidad son los que empezaron a recogerse entonces. Pero el Shimpaku resurgió en todo su esplendor al volver a su punto álgido el mundo del bonsai en general. En 1975 ya hubo más de 10 recolectores en la montaña y en 1979, los recolectores se organizaron formando la Unión de Recolectores Itoigawa. Dicha organización pagaba una cuota por el permiso de trabajar en las montañas de Kotaki y de la Unión Forestal y los miembros podían recolectar entre el 12 de Abril y el 15 de Junio.

El líder de la unión de recolectores fue Tetsuya Nakamura que ya empezó a hablar de la seguridad como una de las prioridades a tener en cuenta. Cuando la revista Kindai Bonsai (sabéis que es la revista “madre” de la nuestra Bonsai Actual) reunía información para publicar un artículo sobre el Shimpaku Itoigawa en el número de Noviembre de 1985, Nakamura indicó que ponía todo su cuidado en que ningún recolector de su organización resultase herido. Según Hajime Umesawa (del vivero Himekawa-en) que era amigo de Nakamura, “fue una persona sensata y prudente. Hacía cualquier cosa para garantizar la seguridad. Como resultado, solo se produjeron unos pocos accidentes, consiguiendo la confianza de los demás recolectores.

Foto de la izquierda: a la izquierda, Shinichi Nakamura y a la derecha Tetsuya Nakamura. Foto de la derecha: Tetsuya Nakamura en pleno ascenso

Otro recolector en activo por aquella época era Shinichi Nakamura. Como recordaba Umesawa “El era el tipo de persona que podía andar donde otros tenían que ir a cuatro patas. Como era mucho mas viejo que Tetsuya, yo le aconsejaba cada vez que lo veía que se retirara, pero siempre me contestaba ´¡que tontería! Yo sería el hombre mas afortunado si pudiera morir en la montaña. Ya he decidido que quiero morir en ella”. Era como si estuviera poseído por algo (¿el espíritu de la montaña?) Aunque los dos, Shinichi y Tetsuya se llamaban igual no tenían ningún tipo de relación familiar. Juntos, realizando un espléndido trabajo en equipo fueron los que recolectaron a “Hiryu” la última obra maestra del Myouji y de la que hablaremos en el próximo capítulo.

Aunque los recolectores de montaña llevaban un equipamiento mínimo, el casco era fundamental. Esto era debido en parte al aumento de escaladores que se atrevían a recolectar en el Myouji lo que hacía aumentar las probabilidades de que te cayera una piedra en la cabeza, produciendo graves daños.

Sin contar a Hiryu, la mayoría de los shimpakus recuperados en aquella época eran de troncos medianos o pequeños. Así podían acarrear con la mochila a la espalda dos o tres árboles a la vez. Si se trataba de un buen espécimen utilizaban para bajarlo el Shoiko que era un armazón de madera también para colocar en la espalda.

Los árboles recogidos eran llevados a la subasta el mismo día de la recolección. Como el cepellón se ataba con hierbas, no era posible saber a simple vista el estado de las raíces por lo que debió haber un acuerdo tácito entre los ofertantes de no preguntar sobre este tema. Los precios variaban pero los ingresos generados para los recolectores en tan solo tres meses de recogida no eran suficientes para subsistir lo que les obligaba a buscarse otros empleos. En definitiva, este tipo de trabajo con los riesgos que implicaba en relación con las ganancias alcanzadas no parece que convenciera a muchos.

Incluso Tetsuya Nakamura hizo un intento de retirarse en 1983. Justo cuatro años más tarde, en la primavera de 1987, encontró la muerte en el monte Myouji. El 4 de Mayo de ese año, había rezado como en él era habitual en el pequeño santuario que tenía en casa y se fue a la montaña con el Eisen (artilugio con garras para poner en las botas y no escurrirse en el hielo, similar a nuestros actuales crampones). Todavía había nieve en las zonas bajas de las rocas. “Cambió a un nuevo Eisen al que no estaba acostumbrado y creo que esa fue la razón por la que ocurrió el accidente”, dijo Umesawa.


Pared sureste del monte Myouji

Solo cuatro semanas más tarde, el 4 de Junio de 1987, Yamanakajima de Kaitani, también recolector de montaña, murió en otro accidente. “Fue un año terrible” recordó Umesawa. Y en 1998, el último de los recolectores de montaña, Shinichi Nakamura, también falleció en las montañas. Umesawa simplemente comentó:”ese era su destino”. La oficina de policía de Itoigawa declaró que hasta que no se demostrara lo contrario, considerarían la muerte de Shinichi como suicidio…

Hace solo una década todavía se conocieron casos de recuperación ilegal pero eso se terminó. Hoy en día solo existen los robos de bonsai.

Con la muerte de Shinichi y la desaparición de los Shimpaku se puede decir que terminó la historia de la recolección en montaña.

Se estima que unas 30 personas murieron recolectando shimpakus pero no se incluyen aquellos que entrando de incógnito, también pudieron perder la vida. De alguna manera los shimpakus que fueron recolectados rinden homenaje viviente a todos los recolectores que se fueron para siempre…

En el próximo capítulo se hablará de los últimos grandes ejemplares del monte Myouji y en particular de Hiryu.

Saludos